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Un verano más caluroso y húmedo en Andalucía

Después del verano del pasado año 2022, este será un verano más caluroso y probablemente más lluvioso de lo normal, según la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología). Solo tenemos que recordar que esta primavera ha sido la más calurosa desde 1.961, con una anomalía de 2,1 grados sobre la media.

Biodomum ofrece muchas soluciones para toda clase de problemas de impermeabilización o aislamiento, como por ejemplo la espuma de poliuretano reforzada con membrana PROYMPER. Esta solución aporta una serie de beneficios y se puede destacar cómo la espuma de poliuretano mejora la comodidad y la eficiencia de los edificios, al tiempo que contribuye a reducir el consumo de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de combustibles fósiles. Estos aspectos hacen de la espuma de poliuretano una opción valiosa para preparar viviendas o instalaciones industriales, así como ayudar a mitigar el calentamiento del planeta.

La espuma de poliuretano reforzada es un material ampliamente demandado en aplicaciones de aislamiento y ofrece varios beneficios significativos. Aquí detallamos algunos de estos beneficios.

Ahorro en climatización

Al instalarlo en paredes, techos, cubiertas y otras áreas de un edificio, se minimiza la transferencia de calor entre el interior y el exterior. Esto significa que se requiere menos energía para calentar o enfriar el espacio interior, lo que se traduce en una disminución de los costes de energía a largo plazo. El uso de espuma de poliuretano reforzada Biodomum como aislante térmico puede resultar en un ahorro económico significativo en climatización. Los costes de energía reducidos, la eliminación de fugas y corrientes de aire, la menor necesidad de equipos de climatización y la vida útil prolongada se combinan para ofrecer beneficios económicos a largo plazo, tanto en términos de costes de operación, como de mantenimiento.

Eficiencia energética

La espuma de poliuretano es un excelente aislante térmico. Su estructura de células cerradas y su alta resistencia térmica ayudan a reducir la transferencia de calor entre el interior y el exterior de un edificio. Al utilizar espuma de poliuretano como aislante, se minimiza la necesidad de calefacción o refrigeración excesiva, lo que a su vez reduce el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la generación de energía.

Durabilidad y vida útil prolongada

La espuma de poliuretano es un material duradero y resistente. Al utilizarlo como aislante, se crea una barrera de larga duración que mantiene sus propiedades durante muchos años. Esto evita la necesidad de reemplazar el aislamiento con frecuencia, lo que reduce el desperdicio de materiales y la energía necesaria para producir nuevos aislantes.

Aislamiento acústico

Además de sus propiedades térmicas, la espuma de poliuretano también ofrece un buen aislamiento acústico. Al reducir la transmisión de ruidos desde el exterior, ayuda a crear ambientes interiores más silenciosos y confortables. Esto puede disminuir la necesidad de utilizar acondicionadores de sonido o sistemas de aislamiento acústico adicionales, lo que nuevamente reduce el consumo energético.

Versatilidad y aplicaciones múltiples

La espuma de poliuretano se puede utilizar en una amplia variedad de aplicaciones de aislamiento, desde paredes y techos hasta tuberías y sistemas de HVAC. Su versatilidad y capacidad para adaptarse a diferentes formas y estructuras la convierten en una opción eficiente para mejorar la eficiencia energética en diversos sectores, como la construcción residencial, comercial e industrial.

Reducción de la huella de carbono

Al reducir el consumo de energía de los edificios, el uso de espuma de poliuretano contribuye a disminuir la huella de carbono de las construcciones. Al retener el calor en invierno y mantener el fresco en verano, se reduce la necesidad de utilizar sistemas de calefacción o refrigeración intensivos, que suelen depender de combustibles fósiles.

"Debido a que la espuma de poliuretano mejora significativamente la eficiencia energética de los edificios o en las instalaciones industriales, se reduce la carga de trabajo de los sistemas de climatización, como calderas, radiadores, aires acondicionados y ventiladores. Al disminuir la demanda de estos equipos, se pueden utilizar unidades más pequeñas o menos potentes, lo que conlleva una inversión inicial menor y menores costes de mantenimiento y reemplazo a largo plazo."

Francisco Expósito